La talla del Cristo de la Agonía llegó a Albatera en 1940 por encargo de Manuel Carreño y Josefa Rubio. El Cristo fue una promesa que había hecho si sus cinco hijos varones volvían sanos y salvos de la guerra, y quería esa imagen para tener siempre presente el sufrimiento materno durante los años de angustia
La imagen fue comprada en el taller de escultura de Antonio Royo (Valencia).
En un principio se le hicieron una andas para salir en procesión, pero en la actualidad desfila sobre un trono con las luces de las calles apagadas, e iluminado con la luz de los velones que portan los nazarenos que lo acompañan.
La imagen de María Magdalena fue esculpida por Valentín García Quinto, y aunque no acompaña al Cristo en las procesiones si está con él en la iglesia.